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una carta a mi yo de cinco años


Mi niña bonita, te voy a contar una historia y esta será la gran aventura de tu vida. Estás vestida de garabato, con una sonrisa que ilumina y unos ojos que brillan. Con la frente en alto y apuntando la mirada como te gusta, hacia la luna, y así, te recordaré por siempre.


Tienes un sueño mi niña. Uno muy grande, uno muy tuyo y, te voy a decir algo, ese sueño te va a llevar a un lugar mágico del que no volverás. Un lugar que no se abandona, un lugar que no se cambia, un lugar que solo se transforma.


Eres la heroína de tu propia historia bonita y esta es la historia que te voy a contar: la historia de tu vida.


Eres soñadora, desde pequeña siempre lo fuiste. Dulce, alegre, cachetona, bailarina. Vas a crecer siendo muy feliz, amada, triunfadora y entregada a los demás. No te va a hacer falta nada. Lo tendrás todo y aún así, te revolcarás la vida.


Por más de 20 años vas a tener un gran sueño. Un anhelo profundo de tu alma, un objetivo y una meta que te vas a proponer lograr. Vas a hacer cosas para acercarte a él y una vez lo tengas en frente, no lo vas a querer más.


Va a llegar el día y este gran sueño, de un momento a otro, no lo será y ahí, justo en ese momento, te quedarás sin piso. No va a ser fácil aceptártelo y te va a dar mucho miedo. Te vas a asustar, vas a sentir que estas enferma, que algo está mal en ti; pero no chiquita, eso solo hace parte del gran comienzo de tu vida.


Algo de esto ya lo venías sintiendo pero no será hasta ese momento que darás el primer gran salto de tu vida y escúchame bien: lánzate. Lánzate así tengas miedo.


Emprenderás un camino y lo harás sin saber a dónde te va a llevar. Como los pétalos de una rosa, delicada y vulnerable pero a la vez, fuerte y poderosa, irás destapando capas de ti; irás descubriendo realmente quien tú eres. Exponiéndote, desarmándote, pieza por pieza, y luego, tendrás que tú misma, volver a armarte.


El camino no será fácil, será duro, incómodo y retador pero es en esa cuesta arriba donde encontrarás la cima. Tendrás bajones en el camino, huecos largos y oscuros, unos momentos más difíciles que otros pero aún así tendrás que seguir. Vas a querer devolverte miles de veces pero ya entenderás que una vez llegado ahí no habrá retorno.


No te afanes mi corazón que el tiempo es tuyo; mereces ser cuidada y protegida; mereces amor, unión, conexión y sobretodo, libertad. Te quieres comer el mundo y lo harás, pero ten calma; respira. Lo harás a tu ritmo, con tus propios planes y bajo tus propias condiciones.


Lo vas a lograr.


Tendrás que tener mucha paciencia; no pelees con tus frustraciones, deberás aprender a usarlas a tu favor. Entenderás que el afán solo trae cansancio y que los procesos toman tiempo. Te darás cuenta que así no veas la luz, la luz en algún momento va a llegar y te darás cuenta que todo este tiempo, la tenías en ti pero para ello, tendrás que primero confiar.


Habrán ángeles en tu camino y el universo estará siempre contigo; vuelve a él cuando te sientas perdida. Recuerda que te sostiene, te escucha y te da lo que le pides siempre y cuando estés lista para recibirlo.


Confía pequeña que el mundo no es oscuro, el mundo no es difícil; el mundo simplemente es. Si tu crees que las personas son buenas, las personas son buenas; no te rebajes para encajar. Sal de tu mente y no te des tan duro, no todo tendrá una respuesta.


Conocerás el cielo y el infierno; la luz y la sombra y con las cartas sobre la mesa, escogerás brillar pero solo lo vas a lograr una vez decidas hacer el trabajo interno. Verás tu vida de otra manera. Valorarás lo que tienes y agradecerás cada instante por el milagro de poder estar aquí.


Reconocerás y entenderás tu historia y la de tu familia, los roles que has jugado y las expectativas que te has auto-impuesto. Sabrás elegir tus amistades, esos amores de la vida que escogerás tener cerca. Se cruzaran en tu vida almas gemelas, almas viajeras y llegará el gran amor de tu vida, ese que tanto anhelas.


Recordarás tu esencia y quien tú eres; sin máscaras, sin etiquetas, simplemente tú. Vas a hacer las paces con tus decisiones de vida y con tu forma de vivirla y vas a honrar el camino que has recorrido. Disfruta ese momento chiquita y no te afanes por llegar; ya estarás aquí, ya vendrás, ya llegarás. Y recuerda, este momento, también pasará.


Te volverás a quitar el piso, aún no me consta pero de eso no tengo duda. Igual tranquila pequeña, en su momento ya sabrás que hacer; recuerda que, pase lo que pase, te tienes a ti. Cambiarás de opinión y de rumbo miles de veces. Vendrán y se irán muchas ideas, lugares y personas. Te vas a volver a caer cientos de veces más y tendrás sueños que serán solo ilusiones pero solo tú, con el tiempo, sabrás qué sí y qué no así que regálate siempre la oportunidad de intentar.


No olvides creer y crecer en ti, a tu manera, a tu ritmo. Con calma, con alma y sin prisa. No tienes que demostrarte nada a ti ni a nadie, todo lo llevas dentro. Suelta, libera y confía; en ti, en tu entorno, en el universo y en la vida que te tocó vivir, estás aquí por algo y todo lo que tienes, lo que haces y lo que eres, te lo mereces.


Recuerda que ser injusta contigo misma no es sinónimo de ser justa con los demás. Aprende a diferenciar la empatía con la culpa; no tienes que sentirte culpable por lo que tienes, has trabajado por ello, te lo mereces. No viniste a salvar a nadie pequeña, cada quién es responsable de su propia vida. Suelta las cargas que no son tuyas y llena más bien tu equipaje con sueños y anhelos que todos, si te lo propones, los puedes alcanzar.


Te voy dar un último consejo y este mi niña es el más importante de todos: ama.


Ama; ama sin miedo; ama aunque a veces te duela. Vas a amar tanto que habrán veces que vas a llorar; se sentirá amargo, agridulce, doloroso incluso, pero será ese dolor el que te permitirá escogerte, levantarte y sanarte. Nunca ningún precio será muy alto a pagar por amar; no olvides que el opuesto al amor no es el odio sino el miedo.


Donde hay miedo, no hay amor y si haces las cosas con amor no tendrás nada de que temer así que mi niña, escoge siempre amar, porque quien ama, sueña y quien sueña vive.


Hoy te regalo esta foto mi niña bonita. Para que vuelvas a ella cuando tengas miedo, para que la mires cuando creas que no puedes. Para que te recuerdes que así como tus ojos, eres brillante. Que serán tus sueños el motor de tu vida, y que si apuntas a la luna, llegarás siempre a las estrellas.


Sé libre chiquita, pisa fuerte y seguro. Nunca dejes tus alas, recuerda siempre que naciste para volar.


Con amor,

tú; Isabella.


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