Revolución del alma.
- Isabella

- 7 may 2021
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 31 ene 2022
No hay nada más revolucionario que tu identidad.

Voy a empezar con unas preguntas porque eso es lo que me ha funcionado a mi:
¿quién eres? ¿qué te hace sonreír?
¿cómo es tu día ideal?
¿dónde está tu lengua en este momento?
¿qué hacen tus pies?
¿qué es lo que más te hace feliz en el mundo entero?
¿quién no quieres ser?
¿a quién fue la última persona que le diste un abrazo?
¿cuál es tu gran sueño?¿tienes uno?
¿qué hiciste hoy para acercarte a ese gran sueño?
¿qué es lo que más te da miedo en el mundo?
¿qué es lo que más te emociona del futuro?
¿en qué trabajas? ¿por qué?
¿en qué o quién piensas antes de dormir?
¿qué te da ira en el mundo?
¿cómo quieres vivir tu vida?
Si no tienes las respuestas está bien, pero te invito a que te tomes unos segundos y pienses en ellas; el resultado, vale la pena.
Las preguntas son poderosas y digo que esto es lo que me ha funcionado a mi porque a través de ellas me he embarcado en un viaje de constante descubrimiento en el que conscientemente he re-definido creencias, hábitos, sueños y, en general, la forma en la que veo la vida y wao, que bonito se siente.
Realmente son las cosas simples y pequeñas las que te conectan con la vida. Escribir en las mañanas, cerrar los ojos y meditar. Abrazar a las personas que quieres, mirar a los ojos cuando hablas. Prender velas y decretar intenciones; visualizar sueños y manifestarlos. Agradecer todo lo que tienes, mirar el cielo por las mañanas. Escuchar música y cantar en voz alta, bailar como más te gusta, hablarle a las plantas, saborear la comida, en fin, respirar, sentir, literalmente, vivir. Y como estas, miles de cosas, sencillas pero poderosas, que te conectan con la magia de la vida, con la magia y el regalo infinito de existir.

Empecé en este viaje hace un par de años (si no lo has leído, en este post cuento cómo empezó todo: click aquí) . Un viaje, y digo viaje porque así me siento: viajando, explorando, descubriendo, en el que me he dedicado a conocerme y entenderme en un proceso que ha sido más bien una montaña rusa de emociones, alegrías y superaciones, miedos y frustraciones, pero que cada día re-confirmo, una y otra vez, que voy por el camino correcto. Un camino al que yo llamo, la revolución de mi alma.
Ha sido, y es, una trayectoria llena de magia, de luz, de alma, de corazón y consciencia y si bien es un proceso muy bonito y completamente transformador, es un proceso que no es del todo fácil. Dentro de este maravilloso viaje, lleno de magia y de luz también hay sombra, y no todos los momentos son color de rosa. Hay lucha, hay dolor y hay perdida. Y lo más claro y directo es la lucha dentro de mi interior y la perdida de dejar atrás la persona que yo era; la persona que yo creía ser por años y la persona que estaba acostumbrada a ver en el espejo.
Esta transformación también tiene un duelo; y como todo duelo, duele. He dejado atrás sueños y planes que por mucho tiempo tuve pero que hoy ya no los tengo, he dejado atrás hobbies, gustos e incluso he dejado atrás amistades y ese cambio, o más bien evolución como la llamo yo, muchas veces da miedo.
También me he enfrentado a frases como "quiero a la Isa de antes", "ya tu no eres igual", "tu no eras así" y son frases que son duras de escuchar porque te hacen dudar de ti y de tus cambios pero que si eres capaz de aceptarlas, escucharlas y recibirlas con amor, a la vez, te llenan de fuerza y motivación.

Cuando las escucho reflexiono sobre ellas y reafirmo una vez más que estoy en el camino correcto. No, no soy igual que antes; y lo mejor de todo es que no quiero serlo. Quiero ser la Isabella de ahora. Quiero ser la Isabella que crece y la Isabella que cambia. Quiero ser la Isabella que se atreve a arriesgarse, la Isabella que no vive con miedo y la Isabella que vive, piensa, y siente con el corazón porque, sin duda, esa soy la Isabella que elijo ser aquí; un ser de luz en este mundo lleno de tanta oscuridad y tanto miedo. Vine a vivir en las nubes y a vivir soñando. A dar y recibir desde el amor, desde la paz y desde la compasión de mi corazón. Vine a este mundo a alcanzar todo lo que sueño y a vivir intensamente los anhelos más profundos de mi alma.
A través de este viaje de descubrimiento y autoconocimiento he dejado y estoy dejando atrás creencias inconscientes, la mayoría limitantes, que había adoptado como propias. "El trabajo es duro", "el amor es difícil", "a los gordos solo los quiere la mamá", "hay que ser el mejor", esas y mil frasesitas más de cajón que se van acumulando en el subconsciente, alimentando tu ego y llenándote de inseguridades.
Porque, ¿saben? no, no tengo que ser la mejor, simplemente tengo que dar lo mejor de mi y lo mejor de mi es relativo para cada quien; y no, el amor no es difícil porque el amor que yo escojo y el que yo estoy dispuesta a dar y a recibir es un amor llevadero, un amor profundo y fuerte, lleno de magia; y así como estos ejemplos, puedo desmitificar, después de años, cada una de estas frases que si bien no las tengo del todo resueltas, paso a paso (muchas veces dando 1 hacía adelante y 2 hacía atrás) me acerco cada vez más al lugar en el que quiero estar y ese lugar es aquel dentro de mi en el que estoy en paz conmigo misma.

Recuerdo hace poco, una noche hablando por teléfono con mi papá. Él me llamó, yo debía de estar en mi casa, pero al contestar se escuchaba una brisa de fondo. Mi papá me pregunta que dónde estoy y yo le respondo que estoy en la terraza de mi edificio. Después de unos segundos en silencio me pregunta: "¿sola?, ¿qué haces ahí?" y yo le contesto "sí, estoy sola; viendo la luna" a lo que, entre risas medio serio y medio no, me contesta "¿no te estás volviendo como muy trascendental?". Con esa pregunta también me reí, solté la carcajada y le dije: "sí, ¿acaso ese no es todo el punto?". Se río nuevamente, me dijo que me cuidara, que me quería mucho y colgamos.
Yo me quedé un rato más arriba viendo la luna; esta vez pensando en la respuesta de mi papá y mi conclusión fue la misma, acaso ¿ese no el punto? ¿vivir la vida con magia y locura? pues al menos para mi, sí.
Vivir con magia y locura desde el lugar en el que estas; cualquiera que sea. Sea trabajando o desempleado, sea estando con el amor de tu vida o sin pareja, sea con salud o viviendo una enfermedad, sea enfrentándote a los desafíos y a las injusticias de la vida o gozando los regalos que esta tiene para ti; cualquiera que sea tu posición tienes derecho a elegir pensar positivo; tienes derecho a ver las cosas bonitas de la vida, a disfrutar el cielo azul y a sentir y vivir con amor.
Sentir las emociones, vivir las experiencias y estar constantemente agradecido por todo lo que tienes. Soñar con todo lo que puedes lograr y todos los días, con convicción, consciencia e intención, decretar que mañana será un mejor día que hoy.
Por mi lado yo me pregunto constantemente, ¿cómo quiero vivir mi vida? y lo confieso, al principio no me salían las palabras para formular una respuesta. Solía pensar cómo debería querer vivir mi vida y que triste esa mentalidad. No pensaba en cómo la quería vivir si no cómo debería quererla vivir; desde la estabilidad, desde lo racional, desde lo que había aprendido que era lo correcto. Mi mente solía nublarse con esta pregunta y ahora entiendo que era porque tenía un bloqueo en mi corazón en donde no le permitía sentir y que al enfrentarme a esta pregunta mi cerebro sencillamente se bloqueaba al ser incapaz de soñar y volar en un mundo de infinitas posibilidades.
Pero ahora, ahora creo que todo es posible. Creo que puedo soñar sin límites y todo lo puedo lograr y entonces, ¿cómo quiero vivir mi vida? Quiero vivir mi vida relajada, quiero vivir mi vida con amor, quiero vivir mi vida honrando mi energía, quiero vivir mi vida con tiempo para mi misma, quiero vivir mi vida con ropa ancha y cómoda (que por más banal o material que eso suene para mi tiene mucho significado). Quiero vivir mi vida con amor, con alma, con paciencia, con tiempo, con introspección y así decido que la voy a vivir.

Donde sea que esté la voy a vivir así. Sea trabajando en una multinacional reconocida, sea trabajando en una empresa familiar o sea creando un hostal para mochileros en una playa en el Caribe Colombiano. Hoy decreto que voy a vivir mi vida a mi manera, bajo mis propias reglas y honrándome a mi misma porque cada vez más estoy segura de lo que vine a hacer en este mundo: inyectar amor desde el lugar en el que esté. Inyectar amor e inspirar sueños a mi familia, a mis amigos, a la gente con la que me cruzo en la calle, a la gente con la que hablo, a la gente que me mira a través de una pantalla o a ti, que me lee aquí en el blog.
La vida es ya. La vida es hoy. La vida es esto que estamos viviendo en este preciso y único instante. La vida es recortica y al mismo tiempo es lo más largo que tenemos. Y sin duda alguna, la vida es lo que tu decides crear. A todos nos tocó vivir una vida diferente, pero desde nuestro preciso y único lugar podemos vivir en luz para que el mundo sea un poquito mejor por tenernos en él.
Respira. Ten una pausa. Genera consciencia en este único y preciso instante. Consciencia de existir. Consciencia de estar aquí.

Vive en abundancia, vive en plenitud. Ama y ámate. Trabaja en ti para poder trabajar por y para los demás. Sana tu interior, sana tus relaciones. Tu relación contigo mismo, con tu pareja, con tus padres, con tus hijos, con tus hermanos y amigos. Si eres mamá o papá entiende que tus hijos no te deben nada a ti. Si eres hijo o hija, entiende que no le debes nada a tus padres. Entiende que no le debes nada a tu pareja, ni a tus hermanos, ni a tus amigos, ¡no le debes nada a nadie!. Lo único que le debes a la vida, y a ti mismo, es la tarea, gigante pero satisfactoria, de ser la mejor versión de ti (por más cliché que eso suene).
El mundo es tuyo. Crea la vida que quieres vivir. Conquista tus sueños. Vuela. Conecta con lo que te mueve y no te olvides: como vives tu día, vives tu vida. Empieza hoy la revolución de tu alma. Yo ya empecé la mía, y no sé mucho, pero si de algo estoy segura es que de este viaje, ¡no hay vuelta atrás!.
¡Gracias por leerme! Gracias por ser parte de mi, tenerte aquí para mi es importante. Si te gusta lo que lees, comparte; y si te nace, comenta abajo; me encantaría saber lo que piensas.
Con amor siempre,
Isabella.
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